Desnudos en la piscina municipal

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Desnudos en la piscina municipal
El Ayuntamiento abre mañana las instalaciones de la Casa de Campo a los naturistas, que compartirán el último baño del verano con los usuarios habituales
Itziar reyero
Vestir bañador será sólo una opción mañana en las piscinas municipales de la Casa de Campo, las segundas más visitadas por los madrileños. El Ayuntamiento ha decidido abrir sus instalaciones de verano a los cuerpos desnudos, a petición de la Asociación para el Desarrollo del Naturismo de la Comunidad de Madrid (ADN), para impulsar su «lucha educativa» en favor de este movimiento, que gana terreno en las costas españolas, pero sigue constreñido en la ciudad. La fecha elegida no es casual, ya que coincide con el cierre de la temporada y está previsto que muchos usuarios habituales acudan a darse el último chapuzón y baño de sol del año. El inicio del curso escolar anticipa que las familias aprovecharán para llevar a sus hijos al agua.
Un cartel colgado en la puerta del recinto municipal advierte desde hace días de que el domingo será una jornada especial y, por muy «natural» que sea, no quieren que nadie se lleve la sorpresa. Por si acaso, el personal de taquilla también avisará al vender las entradas. Lo llaman el «día del bañador opcional» y se traduce en que quienes «lo deseen podrán acceder y usar las mismas sin traje de baño (desnudos)». La aclaración del paréntesis es pertinente: la normativa prohibe meterse al agua con ropa.
No es la primera vez que los defensores del naturismo organizan una jornada sin licra. La piscina de la Complutense ha celebrado encuentros puntuales entre desnudos y vestidos, sin roce alguno. La Universidad colaboró de esta guisa a generar debate sobre una práctica socialmente más extendida en países del norte de Europa, como Alemania. «Hasta ahora ha sido un éxito y la gente lo acepta con total normalidad. El cuerpo humano no es malo y, cuando no es necesaria la ropa, como en el baño y en el bronceado, lo ideal es quitársela. Lo malo es ocultarlo o sexualizarlo», opina Ismael Rodrigo, presidente de la Asociación para el Desarrollo del Naturismo (ADN), que diserta largo y tendido sobre el encaje de la desnudez en la civilización occidental, ajeno a ideologías políticas o religiones, sostiene.
Tras el éxito de las convocatorias anteriores, sus promotores han querido «hilar más fino» y contar esta vez con un aliado más potente, el Ayuntamiento, con el que ya colaboraron en el pasado. Bajo el mandato de Alberto Ruiz Gallardón se firmó un convenio para dejar en alquiler la piscina climatizada de la Casa de Campo durante unas horas el primer sábado de mes, durante todo el año. Como el régimen era privado, sólo para uso de la asociación, ésta optó por contactar con la Complutense y organizar jornadas de convivencia con los bañistas «vestidistas», en las que hubo «muy buen ambiente» y durante las que se ganaron algunos socios para la asociación, también de entre los trabajadores de las instalaciones.
Abiertos todo el año
Ahora, dicen, quieren abrir su iniciativa a todo el mundo, «ganar en visibilidad», comenta Rodrigo, que ve al nuevo equipo municipal «más perceptivo» a sus demandas. De hecho, propondrán al Ayuntamiento que, una vez hecho el primer «experimento», amplíe la iniciativa y permita el naturismo todo el año. «La idea es buscar una piscina cubierta con solarium y que nos dejen usarla una vez por semana», formula, convencido de que habrá avances en su causa. «Creemos que va a dar algún resultado».
De momento, lo cierto es que el reglamento municipal sobre las piscinas recoge explícitamente que «es obligatorio el uso del bañador» y el grupo naturista ya han planteado un cambio del redactado al equipo de Gobierno. «Ninguna otra ciudad española lo prohíbe expresamente», se quejan. «Sería un cambio más simbólico que otra cosa porque la gente se seguirá metiendo en la piscina con bañador», afirma Rodrigo, que delimita a los pantanos madrileños los enclaves para el culto al desnudo integral.
La instalación de la Casa de Campo, con tres piscinas, es para los responsables de la asociación «la más apropiada, porque está en un entorno más natural». Hacen hincapié en que a su alrededor no hay bloques de viviendas. «No queremos molestar a nadie. Ni queremos ir contra las costumbres de la gente. Pero sí buscamos acabar con las diferencias», concluyen, seguros del éxito de la convocatoria de mañana. «Parece que va a hacer buen tiempo, sol y algo de nubes». Su filosofía, que cada uno disfrute del baño y del sol como mejor le plazca.
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